lunes, 24 de noviembre de 2008

Evaluando los fundamentos de las recomendaciones de Agustí Chalaux de Subirà

Por cierto que en lo personal simpatizo con el Centro de Estudios Joan Bardina y le apoyo sin reservas, por la sencilla razón que veo a esa institución como la tabla salvadora para la humanidad, por las ideas que promueve que en lo medular me parecen acertadas y convenientes, y porque a excepción de esa voz institucional a la que tal vez puedan agregarse las voces y los dichos de algunos pocos técnicos y pensadores que dentro y fuera de España se expresan en términos parecidos, no existe en mi opinión ningún otro proyecto de sociedad que tenga viabilidad y posibilidades de éxito como para solucionar las graves problemáticas sociales y de organización que se plantean y manifiestan hoy día en nuestra estructura de convivencia…

Sin embargo y no obstante lo recién expresado, en lo personal no adhiero en forma completa a todas las propuestas y a todas las sugerencias impulsadas por el Centro Joan Bardina, y en estos aspectos de disidencia, y en estos detalles de controversia, corresponde pensar que en algunos casos la razón puede que se encuentre del lado de la ya citada institución catalana, mientras que en otros casos tal vez mis enfoques personales y mis propias recomendaciones sean los más adecuados, y mientras que en otros casos lo más acertado posiblemente sea una tercera posición que resta por definir…

Hasta hoy día la posible sustitución del dinero anónimo actualmente utilizado por dinero virtual, por dinero telemático y escritural, por dinero telemático nominativo y con algún tipo de control comunitario o control social, ha sido un asunto muy poco debatido y muy poco considerado a nivel académico, y las muy escasas propuestas que en este sentido se han publicado, y los raros y ocasionales análisis que sobre este tema se han concretado, obviamente son ellas y ellos de tipo teórico y especulativo, pues ninguna experiencia seria de implantación de esta clase de dinero se ha hecho hasta ahora en ningún país del mundo… En relación a esta materia, indudablemente debe hacerse camino al andar… En lo que concierne a este posible instrumento, en relación a esta nueva y original herramienta, todo está por ser investigado y todo está por ser evaluado…

Sea cual sea el caso, aún cuando puedan detectarse errores de enfoque en las grandes líneas del proyecto de sociedad que impulsa del Centro de Estudios Bardina, ello no le quita mérito ni a esta institución ni a su principal impulsor: Agustí Chalaux de Subirà…

Y personalmente esta afirmación me parece cierta e indiscutible, por la sencilla razón que en los hechos puede decirse que Agustí Chalaux se dedicó por entero al nuevo proyecto de sociedad durante casi toda su vida, y porque el Centro Bardina hace ya unos cuantos años que con firmeza desarrolla su accionar de convencimiento y de extensión… Así, lo que quiero destacar es que Agustí Chalaux fue un visionario y un pionero, y que con mucha constancia fue delineando poco a poco su proyecto de sociedad, habiendo cumplido esas etapas iniciales en un momento en el que el desarrollo tecnológico aún no había alcanzado el grado de avance que tiene hoy día, lo que ciertamente en su momento imprimía rasgos utópicos e inverosímiles e idealistas a algunos detalles de lo sugerido por ese inteligente y perspicaz catalán, por esa fuerte personalidad sin duda fuera de serie… Agustí Chalaux debe haberse convencido de la nobleza de las ideas que estaba manejando desde su fuero más intimo, y con constancia, y con valentía, intentó promoverlas y defenderlas y difundirlas a capa y espada…

De todas formas, a pesar de lo dicho, a pesar de la brillantez de ciertas acciones puntuales y de ciertas presentaciones de Agustí Chalaux y de algunos de sus seguidores, con evidencia los resultados obtenidos por el Centro Joan Bardina hasta ahora indudablemente son magros, hasta ahora resultan ser notoriamente insuficientes y poco satisfactorios, pues a nivel general, pues a nivel mediático, en los programas de radio y de televisión nada o casi nada se dice en relación al dinero telemático, y en esos medios ni siquiera hay referencias a la temática para por ejemplo criticar a la Asociación Joan Bardina en algún aspecto, o para señalar que el proyecto que esta institución defiende en realidad es utópico o descabellado o simplemente absurdo e inviable… Y con evidencia este asunto tampoco está en el boca a boca popular, y ni tan siquiera en el ámbito académico universitario, excepción hecha posiblemente de lo que ha ocurrido y ocurre en la región catalana o en la zona de influencia barcelonesa… El panorama por tanto puede ser considerado como absolutamente desolador… Los resultados hasta ahora obtenidos por el Grupo Bardina sin duda son frustrantes, y las metas alcanzadas sin duda son insuficientes e insignificantes, y esto debe llamar a la reflexión… El Centro de Estudios Joan Bardina se expresa en libertad y expone sus ideas en reuniones presenciales y a través de Internet, y el resto de la sociedad le deja hacer pero sin prestarle mucha atención… Se deja funcionar a la institución Joan Bardina y su accionar se observa de lejos, como eventualmente se haría con algún loco, con algún desequilibrado mental, o con algún soñador cuyas propuestas no tienen ni ton ni son…

Con toda evidencia, el posible uso de la moneda telemática obviamente no está en la agenda política-gubernamental en ningún país del mundo, ni tan siquiera en las propuestas programáticas de algún partido político… Este asuntillo no ha sido hasta ahora tema de campaña en ninguna contienda electoral… Y esta cuestión del dinero y de su naturaleza y del interés que por los préstamos se cobra, tampoco ha sido considerada aunque sea en forma tangencial en algún organismo internacional… Instituciones tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) trabajan ellas con el dinero y con el crédito y con el interés compensatorio, apoyándose ellas en forma directa en el sistema financiero internacional y en los distintos sistemas financieros nacionales, y sin embargo en esos ámbitos no se ha tratado la temática del posible cambio de la naturaleza del dinero, ni tampoco se ha abordado la cuestión de la justificación social íntima del cobro de intereses, ni tampoco ha estado presente la posibilidad de una sustantiva y profunda reforma de las bases mismas de los procedimientos internacionales de intercambio y de compensación… Pareciera como si esos organismos internacionales tuvieran vedado el abordaje de la temática reformista… Pareciera como si los altos directivos de esas instituciones internacionales se sintieran muy cómodos en las posiciones que han alcanzado, y que por tanto concentran su accionar de manera que todo se desarrolle de la mejor forma posible pero sin cambiar sustantivamente el esquema general de base…

Cierto, la inquietud generada por la actual crisis financiera global ha introducido a prepo el tema de la reforma del sistema financiero internacional en las últimas y nerviosas reuniones del G-8 y del G-20, pero allí las propuestas que en este sentido se manejaron, se referían ellas a la posibilidad de destronar al dólar estadounidense como moneda de referencia, y sustituirle por una canasta de monedas fuertes (por ejemplo euro, yen, dólar, tal vez yuan), o por una canasta de productos (petróleo, granos, metales)…

¡Pero Dios mío, qué falta de inventiva y qué desubique el de los líderes mundiales!… Pareciera como que ni ellos ni sus asesores entendieran que la actual crisis internacional es una problemática estructural y no coyuntural… Pareciera como que ni ellos ni sus técnicos entendieran que el capitalismo global que hoy día tenemos ha desviado su centro de atención, alejándolo de la llamada economía real, alejándolo de la llamada economía productiva, para acercarlo a la economía de expectativas, para acercarlo a la economía subterránea especulativa e informal, para acercarlo a la más pura economía financiera y de oportunidad…

Lo que hay que comprender es que el capitalismo que hoy día rige al mundo ha cambiado sustantivamente, y bien merece ser llamado ahora capitalismo especulativo y desinformativo, o tal vez capitalismo especulativo y no­ informativo, o tal vez capitalismo subterráneo y borroso… Lo que hay que comprender es que nuestra estructura básica de convivencia se ha transformado en un ordenado caos especulativo, o si se prefiere (por predilecciones o inclinaciones en cuanto a simpáticas y representativas etiquetas no vale la pena pelearse) en un cuidado y estudiado desorden muy provechoso para la especulación y el informalismo y la evasión de obligaciones legales… La especulación y la informalidad y la corrupción y la defraudación y la ilegalidad y la no documentación en regla y las avivadas al mejor estilo criollo (tanto a escala hormiga como a escala corporativa), campean a nivel global, prevalecen y dominan a nivel general… Y algunos pocos ilusos, y algunas pocas personas que aún conservan sus ideales morales y su corazoncito, todavía sacuden la cabeza y se amargan frente a lo que ocurre, y de vez en cuando intentan dar una limosna a un pobre para así dejar tranquila a su conciencia de buen samaritano…

No señoras y señores, ya no podemos seguir pensando que el cumplimiento estricto de la ley se ha hecho para el vecino y no para nosotros… No señoras y señores, ya no podemos seguir pensando en la sociedad como si ella fuera una buena y generosa vaca lechera que en toda circunstancia nos va a seguir brindando su nutritivo producto… No señoras y señores, ya no podemos seguir tirando con meros paños fríos, ya no podemos apuntalar el edificio con unos pocos durmientes, sino que ahora ha llegado el tiempo de aplicar cirugía mayor…

¡Pero Dios mío, en los niveles de poder no se les ocurre que la necesaria reestructura del sistema financiero internacional bien podría consistir en generalizar el uso del DEG, en generalizar lo que hoy día se conoce como derechos especiales de giro, y en adoptar esta especie (hoy día marginalmente utilizada) como moneda fiduciaria internacional en su sentido más propio!…

Pero… ¿porqué se ha dado esta especial situación de poca repercusión de las ideas de Agustí Chalaux, a pesar de que ya han transcurrido varios años en los que el Centro de Estudios Joan Bardina está desarrollando su labor de convencimiento y de extensión?… Alguna causa tiene que haber para la escasa repercusión hasta ahora obtenida por la entidad española… Por algo es que las propuestas y las sugerencias de esta institución catalana han captado hasta ahora tan pocos adeptos…

Y al margen de una posible interpretación del actual estado de cosas, corresponde también preguntarse sobre cómo sería posible revertir los resultados, a efectos de en el futuro poder avanzar más rápidamente hacia la construcción de un mundo mejor, hacia la construcción de una estructura social verdaderamente telemática en lo tecnológico, y a la vez socialmente justa, equilibrada, racional, equitativa…

Bueno, a nivel personal, al no haber conocido personalmente a Agustí Chalaux y al no haber conversado nunca con él, al no haber nunca visitado al Centro de Estudios Joan Bardina, al no conocer detalles ni sobre su forma de financiamiento ni sobre su relacionamiento con otras entidades, al no haber nunca participado en un evento promovido por esa institución, en resumen, al tener tan poca información sobre el Centro Bardina y sobre su forma actual de conducción, lo único que puedo hacer es especular sobre las razones por las cuales hasta ahora se ha tenido poca trascendencia, y especular también sobre las acciones a desarrollar para cambiar esta situación, para cambiar el presente estado de cosas…

Advertidas mis limitaciones para el abordaje de esta cuestión, continuaré adelante con mis elucubraciones, con la esperanza que ellas sirvan, con la esperanza que ellas sean constructivas, con la esperanza que los arbitres que personalmente aporte en algún sentido puedan destrabar la actual situación, ya sea porque las ideas aquí expuestas tengan real fundamento, ya sea porque lo aquí aportado sirva como disparador de reales y definitivas soluciones…

Y ya que lo que sigue en buen grado corresponde a posiciones y enfoques muy personales, posiblemente corresponde decir algo muy breve sobre quien escribe estas líneas, simplemente para que sirva de encuadre al eventual lector… Por cierto tengo estudios universitarios, pero nunca he ocupado posiciones de mando de real relevancia… Y tampoco he sido un militante destacado de algún partido político, y por tanto nunca he podido observar muy de cerca a una estructura de poder y de gobierno, ni siquiera en mi país de origen… Si bien he viajado mucho y por algunos años fijé residencia primero en Francia y luego en Brasil, nací en Uruguay y la mayor parte de mi vida la pasé en ese pequeño país sureño, el que por cierto está muy alejado de las grandes encrucijadas de este mundo en cuanto a producción y en cuanto a población y en cuanto a conducción política internacional y en cuanto a tráfico aéreo o marítimo… Asimismo, por varios años desarrollé actividad docente en un par de universidades de mi país, trabajé también como especialista en organización para varias empresas comerciales y para varias instituciones estatales, y desde hace algo más de diez años integro una institución de bien público y de pequeño porte llamada Grupo Carlos J Cúdita, entidad que ayudé a fundar, y la cual entre varias cosas se dedica a impulsar tareas de investigación y extensión, que en ciertos y determinados aspectos tienen puntos de concordancia en el enfoque con los que por su parte desarrolla y defiende el Centro Joan Bardina… Por todo lo dicho, debe considerarse que mis análisis son hechos desde una perspectiva muy especial e individual, desde un lugar muy apacible y más bien alejado de todo, y más bien ubicado al borde del mapa y donde se termina el mundo… Y mi parecer personal sobre la temática antes planteada es el que se indica seguidamente…

Evidentemente y por alguna razón, las propuestas del Centro de Estudios Joan Bardina han tenido hasta ahora poca repercusión a nivel general, y ello ha ocurrido así, o bien porque esa institución no puede o no sabe llegar como se debe ni a los medios masivos de comunicación social ni a los niveles político-decisorios, o bien porque las ideas defendidas desde Barcelona tienen intrínsecamente alguna falencia en concepción y/o en presentación que aleja a la gente, que aleja a la mayoría de la gente, a excepción de un pequeño grupito de personas que son convencidas y que así se transforman en fieles seguidores…

Pero vayamos a algunos detalles, para que las críticas que deseo expresar y para que las falencias que deseo señalar, no queden ellas en la más oscura y borrosa de las nebulosas…

Con toda evidencia la propuesta de Agustí Chalaux se centra en las facturas-cheque telemáticas, o sea en las órdenes de pago todas ellas telemáticas, autoexplicativas, y debidamente autorizadas, y eso en mi opinión es un error… En lo personal creo que lo más conveniente es centrar el nuevo sistema en el contrato debidamente autorizado por las partes, por cierto contrato digital autenticado por notario, y desde el cual automáticamente y oportunamente se expulsarían las facturas-cheque que pudieran corresponder (una o varias, y de acuerdo a lo estipulado originalmente en el contrato, o de acuerdo a lo establecido en las sucesivas y eventuales modificaciones del mismo)…

Claro, los argumentos manejados por el Centro Bardina en relación a este asunto en una primera instancia parecen razonables y convincentes, pues en los videos y en los escritos se suele tomar como ejemplo una venta de contado, y en esta situación lo usual es que a un contrato de compraventa de contado le corresponda una sola factura-cheque, y entonces y en este caso, el contrato telemático es muy fácil de confundir con su correspondiente cumplimiento digital, con la correspondiente y generalmente única factura-cheque telemática…

Otro de los aspectos en los que me tomo el atrevimiento de apartarme de las propuestas del Centro Bardina, es en cuanto al período de transición entre la actual estructura social y la futura y deseable sociedad telemática plena…

Claro, desde el Centro de Estudios Bardina se argumenta con mucha razón que los actuales centros de poder a los cuales la nueva estructura social incomodaría, léase políticos corruptos, administradores coimeros, traficantes de armas y de sustancias adictivas, contrabandistas, defraudadores, especuladores, rapiñeros y ladrones, defraudadores de impuestos, incluso también trabajadores informales, infractores de todo tipo y color, y consumidores de sustancias ilegales, darían dura batalla para que el nuevo sistema fracasara y/o para que el mismo nunca fuera completamente implementado, y entonces al concretarse esta oposición sin duda se emplearían grandes medios y pocas contemplaciones… Si mi memoria no me falla, me parece recordar que en uno de los videos del Centro Joan Bardina, el presentador argumentó que la transición debía ser rápida, muy rápida, para que así los sectores que en apariencia se vieran perjudicados no tuvieran tiempo de reaccionar, ya que esa reacción podría llegar a ser muy enérgica y violenta, pudiendo tal vez llegar al asesinato de los principales directivos de la propia asociación catalana Joan Bardina…

Bueno, por cierto este comentario es simpático y gracioso y en algún sentido una humorada, una bravuconada irónica, una socarronería, pero comparto plenamente la preocupación de fondo así señalada, porque ella está acorde con lo que perfectamente puede llegar a pasar… Lo que no comparto es la solución… Por más rápida que sea la transición, tanto más rápida y violenta podría ser la reacción de los opositores… Por otra parte, la sociedad telemática en su versión madura con certeza no puede ser instaurada de la noche a la mañana, pues obviamente se requiere infraestructura física, y también adecuadas resoluciones parlamentarias y adecuada estructuración normativa, y también capacitación de usuarios, capacitación de agentes económicos, y todo ello necesita tiempo para ser conceptualizado y planificado, así como tranquilidad para su progresivo desarrollo y su progresiva implementación…

¿Cuál sería entonces la solución para no despertar la ira y la furia de algunos sectores de poder que se vieran perjudicados con el nuevo enfoque societario?… Bueno, en mi opinión es muy sencilla una respuesta a esta inquietud… Lo que debe hacerse es plantear la implementación de la futura sociedad telemática en una forma lenta, muy lenta, y de manera que en este largo lapso de tiempo convivan el dinero telemático nominativo con el actual dinero anónimo… Así, con este esquema, los antes señalados centros de poder de ilegalidad y de corrupción y de informalismo no serían molestados por un buen tiempo, y por lo tanto y muy razonablemente, la oposición por parte de esos sectores inescrupulosos y poderosos tal vez sería entonces limitada y soportable… Por otra parte y como ya se dijo, es necesario todo un desarrollo normativo y legislativo nuevo, y esto con toda certeza no puede ser implementado a tontas y a locas, sino en forma responsable y segura, dándose tiempo para madurar las soluciones y para dar curso a los debates… Pero además, es impensable que todos los países se pongan de acuerdo al mismo tiempo para instaurar la sociedad telemática, y esto sin duda actuará como válvula de escape, ya que con naturalidad el narcotráfico y el tráfico de armamentos y la prostitución y el proxenetismo y otras cosillas de similar estirpe, abandonarán los países donde se llegue al uso de la moneda telemática plena y responsable, para instalarse en los países en donde este progreso se encuentre más aletargado y sea más chapucero…

¿Pero si se decide una implementación de las reformas que sea ella lenta, muy lenta, y de tipo no universal, podrían llegar a obtenerse ventajas incluso desde el comienzo de los cambios?…

Bueno, pienso que sí, con el gran aumento de eficiencia que poco a poco se iría logrando, los réditos muy pronto serían evidentes y sustantivos, y provechosos tanto a nivel general como a nivel sectorial o local…

Veamos un poco… Pensemos con cuidado esta cuestión…

Tomemos como ejemplo el pago de salarios y los correspondientes contratos de trabajo asalariado… Bien, en una primera etapa la idea podría ser implementar la posibilidad de que las empresas pagaran los salarios con moneda telemática responsable, con moneda telemática autoexplicativa de transacciones, aunque dejando librada a las propias empresas la fecha en la que ellas implementarían el cambio de sistema… Inicialmente el cambio al nuevo sistema sería así totalmente voluntario… Pasado cierto tiempo se comenzaría a dar una gratificación a los trabajadores que recibieran sus salarios por la nueva vía, a través de una devolución en diferido de un punto o de dos puntos de los aportes… Esto sin duda incentivaría a las empresas a adoptar el nuevo sistema, pues seguramente recibirían la presión de sus propios trabajadores… Finalmente, cuando fueran pocos los salarios pagos a través del sistema antiguo, se ordenaría la ilicitud de esta forma de pago y el retiro de sustento jurídico a la misma, con previo análisis de las dificultades que eventualmente se pudieran plantear en algunas empresas o en algunos pocos sectores…

Pero pensemos ahora en otro asuntillo… Por lo que personalmente he visto en Internet, el Centro Joan Bardina se orienta en prioridad a difundir las ideas y el pensamiento de Agustí Chalaux de Subirà, y ello por cierto está muy bien, y ello por cierto no es criticable en sí mismo… Pero el entusiasmo al realizar esta tarea ha dejado de lado otro tipo de acciones no menos importantes, ya que no se han creado amplios espacios de intercambio y de reflexión sobre la cuestión del dinero telemático, dando allí cabida no solamente a cosillas complementarias, sino también a críticas francas a las propias ideas de Agustí Chalaux en su expresión originaria…

Concretamente… ¿en qué estoy pensando?… Bueno, en relación a este aspecto indudablemente hay un amplio abanico de posibilidades…

Por ejemplo, Internet es una vía muy adecuada para hacer un amplio llamado a una lluvia de ideas sobre la posible implementación de las propuestas de Agustí Chalaux… Así, se obtendría posiblemente el interés y la atención de la gente a un nivel interesante y en todo el mundo… La competencia entre participantes, el incentivo de algún premio o al menos de alguna mención de honor que pudiera ser incluida en un currículo personal, etcétera, perfectamente pueden ser incentivos a la participación y a la elaboración de aportes… Luego, los insumos así recibidos podrían ser publicados en la red de redes, con comentarios adecuados de un grupito de expertos, con destaque de los aportes ganadores, y con o sin valoración del resto de los planteamientos…

Otra idea que más o menos camina hacia el mismo objetivo sería la siguiente… Notoriamente en los últimos años se han popularizado sistemas donde participan usuarios registrados, quienes tienen oportunidad de plantear preguntas así como también de dar respuestas a preguntas planteadas por otros… La participación en estas comunidades es gratuita, es sin cargo, y para incentivar la participación, se asignan premios que consisten en puntos que se otorgan cuando se responde a una pregunta, y también cuando se da una respuesta o cuando se plantea una pregunta que luego es bien valorada por la comunidad, etcétera… Así, el incentivo a participar se hace realidad porque el mecanismo es simpático y divertido, y porque el mismo plantea cierto grado de competencia entre usuarios… Bien podría aplicarse un sistema de este tipo aunque orientando las preguntas (y por tanto las respuestas) a cuestiones vinculadas con la prospectiva social, y con el futuro incierto, y con el uso del dinero, y con la sociedad telemática, y con las ventajas sociales que podrían llegar a obtenerse vía la tecnología, y con la posible erradicación de la pobreza, y con la nobleza y conveniencia de las propuestas de Agustí Chalaux, etcétera…

Otra idea similar a las anteriores y complementaria de las mismas, podría ser concretar un llamado a un concurso internacional abierto, donde se seleccionaría el ensayo que sea considerado el mejor de los recibidos… Claro está, la temática que en este concurso se impondría, estaría vinculada o con la sociedad telemática, o con el capitalismo comunitario, o con la erradicación de la pobreza y del narcotráfico, o con el dinero telemático, o con el salario social… en resumen, temáticas que directa o indirectamente tengan que ver con las ideas y con las propuesta de Agustí Chalaux de Subirà… Este concurso internacional abierto bien podría repetirse en forma regular, por ejemplo cada dos años, para así ir creando tradición y mayor repercusión…

Analicemos ahora otra de las propuestas de Agustí Chalaux: el salario social en el contexto del capitalismo comunitario…

Bueno, en relación a este asunto bien podrían formalizarse reproches y reparos por restricciones y desvíos que eventualmente podrían surgir en la implementación de esta idea… No me voy a molestar aquí en desarrollar esta posible línea de crítica, porque en lo medular personalmente coincido bastante en la necesidad de implementar un mecanismo más o menos parecido al señalado por Agustí Chalaux… y a esta posibilidad por cierto apuntaban varias propuestas concretadas y ampliamente debatidas al interior del propio Grupo Carlos Cúdita, ámbito que camo ya dije integro, y ámbito en el que participo activamente…

En realidad, hoy día ya se reconoce la necesidad de ayudar en lo básico a los excluidos y a los marginados, sólo que no se piensa en darles a ellos un salario, sino lo que se les da son servicios… Atención médica en niveles básicos… Ollas populares y canastas de alimentos… Merenderos fundamentalmente para mujeres sin ingresos y para niños… Hogares diurnos para niños de hogares en riesgo social… Refugios especialmente durante el invierno… Lugares acondicionados para realizar el lavado de ropa, y orientado a personas o familias que vivan en situación de calle…

En lo medular, lo que Agustí Chalaux propone es continuar con esta política de asistencia, solamente que al ser el dinero de tipo telemático, nominativo, y autoexplicativo de transacciones, en vez de directamente dar los servicios básicos se podría dar dinero con restricciones de uso, para que así el propio beneficiario se pueda comprar lo que necesita y en el lugar que mejor le convenga…

¿Y hoy día se podría hacer algo similar?… Por cierto que no, pues de hacerlo, buena parte del salario social iría al juego, y/o a los cigarros, y/o a la pasta base, y/o al alcohol, y/o a la compra de servicios sexuales y de esparcimiento… continuándose la alimentación en base a lo que se encuentre en la basura y en los contenedores… y/o continuándose con la vida en situación de calle… y/o resolviéndose los problemas que se tengan a través del robo… etcétera… etcétera…

¿Y qué ventajas tendría la propuesta del salario social frente a la provisión directa de servicios a los más necesitados?… Se mejoraría la autoestima de los beneficiarios pues ya no habría necesidad de establecer ghettos para ellos… Se obtendrían mejoras en cuanto a los rendimientos en la provisión de servicios, pues las bocas de atención ahora potencialmente se orientarían a toda la población y no a una parte de la población… Se disminuirían ineficiencias y robos en los programas de ayuda social… Además se disminuiría la burocracia en torno a la asistencia social…

Sin embargo, si se analizan los argumentos que usualmente maneja el Centro Joan Bardina cuando trata el tema del salario social… por cierto a un observador atento se le plantean una serie de dudas… ¿La población mundial no podría crecer entonces más de la cuenta, o lo del salario social iría acompañado de un adecuado sistema de planificación familiar?… ¿Realmente se plantearía un problema tan grave de desocupación, por causa de la robotización de las fábricas, y por causa de la drástica disminución de los trabajadores bancarios y de los empleados de comercio, que ameritaría lo del salario social, y/o que ameritaría más amplias coberturas en materia de seguro de paro?… ¿O por el contrario, la gran desocupación en ciertos sectores provocada por la implantación de la sociedad telemática, no podría ser vista como una oportunidad para ampliar el mercado laboral en materias hoy día no cubiertas o mal cubiertas?… como ser… extendida protección en asistencia social… servicios de esparcimiento… creación renovada de obras artísticas y literarias… mejoras en los servicios de salud y en atención psicológica… mejoras en materia educativa y cultural… mejoras en calidad y en alcance en los programas de recapacitación laboral… reflexión filosófica… potenciación y jerarquización de ciertos roles, como por ejemplo el del animador social…

Otras de las críticas que se podría realizar a la organización Joan Bardina es al poco destaque que esta institución hace en cuanto a la documentación de trazabilidad… Con toda evidencia, este tema no está totalmente ausente en los documentos y en los videos auspiciados por el Centro Bardina, pero en mi opinión esta cuestión ciertamente tiene una gran importancia, una enorme importancia, y la entidad catalana no enfatiza ni resalta suficientemente este asunto… Obviamente, debe comenzarse por la trazabilidad del dinero y de los activos financieros… Obviamente, debe comenzarse por la introducción del dinero telemático, nominativo, y autodocumentado… Pero luego debe continuarse con la trazabilidad de servicios, y con la trazabilidad de productos alimenticios, y con la trazabilidad de materias primas, y con la trazabilidad de herramientas, y con la trazabilidad de ciertos importantes productos finales (televisores, computadoras, heladeras, juegos de comedor, camas), etcétera, etcétera… Una cosa va de la mano de la otra… La mejor manera de lograr implementar una especie dineraria que sea telemática, que sea nominativa, y que bien documente transacciones, es implementar también sistemas subsidiarios de trazabilidad de todo aquello que pueda ser contrapartida de una transferencia dineraria…

Otra de las cosas que en lo personal me llama la atención, es el poco éxito que en apariencia ha tenido el Centro Bardina en cuanto a acceso al financiamiento público, y en cuanto al aprovechamiento de la infraestructura pública dentro y fuera de España… Por ejemplo, el Servicio Exterior de España mantiene una serie de centros culturales esparcidos por todo el mundo, y en dichas entidades con frecuencia se realizan muy interesantes actividades culturales y educativas en cuanto a conferencias, exhibición de filmes y de videos, mesas redondas, muestras visuales, etcétera… ¿Es que no se podría por ejemplo allí exhibir los videos del Centro Bardina, exhibición que podría ser luego seguida de un debate con participación de los asistentes y de ciertos referentes?…

Bien, este escrito tal vez se ha extendido más de la cuenta, así que corresponde ir pensando en terminarlo…

Me pregunto qué impresión puede haber dejado al lector el análisis de estos apuntes… Y me pregunto también que opinará el lector sobre quien ha escrito estas líneas… Posiblemente piense que no tengo calificaciones suficientes como para haber abordado estos temas en la forma que lo hice… Posiblemente piense que todo esto es una especie de gramática parda, audazmente desarrollada por alguien que se tomó el atrevimiento de abordar temáticas prospectivas con enfoques novedosos y arriesgados, intentando así derribar paradigmas para en su lugar ubicar otros nuevos…

Sea cual sea la opinión del lector, me sentiré personalmente satisfecho si este trabajo contribuye a ubicar la temática de la moneda telemática en la agenda mediática y política… Que así sea…

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